Texto by Mónica
Gutiérrez-Aller
El
Café de Oriente forma parte de
nuestra memoria histórica, tanto que a veces me pregunto qué construyeron
primero, si el Palacio Real o este mítico restaurante del Grupo Lezama; bromas aparte, he sido clienta de esta casa desde que
me vine a vivir a Madrid, e incluso cuando sólo venía a pasar unos días,
procuraba siempre dejar hueco para disfrutar de un aperitivo en su terraza.
Lo bueno no sólo permanece, sino que se renueva, y eso
es lo que ha hecho precisamente el Café de Oriente hace unas semanas, convertir los años de experiencia en nuevos retos,
renovar la tradición creando un ambiente para cada momento:
D. Luis Lezama,
presidente del grupo empresarial que lleva su nombre, se inspira en los bistró
de los años 30 con aires coloniales para darle una sofisticada imagen al Café de Oriente: a modo de gastrobar, las noches del Café unen gastronomía
mediterránea con un entorno de música y cocktails, en el que poder relajarse y
desconectar de la rutina, al que hay que
añadir la impagable terraza que forma ya parte del paisaje de la Plaza de
Oriente.
Y
como siembre bajo las bóvedas del siglo XVII, el restaurante del Café de Oriente también transforma su imagen pero
con la misma magia de siempre, con una decoración estilo años 20 y lleno de
rincones con encanto magistralmente iluminados para aportarnos esa sensación de
oasis en mitad del ritmo vertiginoso de Madrid.
Nueva imagen, nueva cocina: el jefe de cocina del Café de Oriente, Roberto Hierro, en su permanente
búsqueda por la innovación gastronómica, le ha llevado a crear una carta basada
en una cocina de mercado 40% tradición,
con platos que ya forman parte de la historia de este Café como la paletilla de
cordero o la famosa torrija que sigue creando adeptos cada día, y 60% fusión de cocinas del mundo, un
guiño a la inspiración del cambio adaptada a los nuevos tiempos y destinada
tanto al público local como internacional, que cada día visitan este mítico
restaurante.
Dejaos seducir por las nuevas propuestas gastro del
Café de Oriente y probad un poquito de cada como
hice yo, comenzando por un cangrejo de
concha blanda en tempura, este plato empieza ya a verse en algunas cartas
de la ciudad, pero no siempre saben conservar la textura y el sabor, debo decir
que el del Café de Oriente estaba perfectamente ejecutado.
Un
ceviche de corvina siempre es
bienvenido, calidad de producto reflejo de las visitas diarias a Mercamadrid
combinado con una manipulación adecuada y punto de maceración.
Setas de temporada con parmentier y huevo poché trufado, todo un trampantojo delicado y delicioso; técnica,
sabor y excelente materia prima reunido en este plato.
Caballa confitada en lemongrass, patata a la vainilla y
consomé de galeras, un pescado poco utilizado para
este tipo de elaboración, una gran apuesta del chef que convence muy mucho.
Ragout de carrillera ibérica estofada a la cerveza con
su menestra de verduras, meloso y
exquisito plato, magnífico punto de cocción de las verduras que en esta casa
siempre hacen tan bien.
Y
de postre, no pude “escapar” de la famosa torrija
típica del Café de Oriente, espléndida
presentación para un postre clásico que
cierra una estupenda comida de esas que se quedan en la memoria de sabores que
tenemos cada uno.
Como
dice Roberto Hierro y el resto de su fantástico equipo, lo más importante es que el cliente vuelva, y desde luego conmigo lo
tienen conseguido ¡desde ya!, así que sólo me queda recomendaros una visita
para conocer la nueva imagen del Café de
Oriente y descubrir los nuevos platos de su carta sin olvidar los clásicos
que han hecho de este restaurante todo un emblema de Madrid.
Plaza
de Oriente, 2 Madrid
Tlf. 91 541 39 74
Fotos propias y de Café de
Oriente
Si queréis que visite
vuestro local gastro, podéis contactarme en mgutierrezaller@gmail.com
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