Texto
by Mónica Gutiérrez-Aller Gª.
Si
os digo que hace unos días cené, -como se suele decir-, “en la gloria”, todos pensaríais que cené muy bien, en un ambiente agradable y con una estupenda oferta
gastronómica, y precisamente este nuevo restaurante, La Gloria, hace honor a su
nombre y reúne todas las características para triunfar en el panorama
gastronómico madrileño.
Tan
placentero nombre se lo debe el propietario, el chef Jaime Monzón, a su querida abuela Gloria; aunque peruano de
origen, país en el que inició su formación como cocinero, llegó a España hace
ya unos años para continuar estudiando en la prestigiosa escuela de cocina Hofmann de Barcelona, y pasar por los fogones de
los Hermanos Torres en Dos Cielos,
bagaje que ha impregnado sus constantes
referentes catalanes en la carta de La Gloria.
Conocí
la cocina de Jaime Monzón en el desaparecido Alcocer 42, y ya me impresionó su acertado manejo de técnicas de cocina
como la utilización del ronner y el horno josper, que también podemos
encontrar en La Gloria; la oferta
culinaria de este nuevo restaurante se basa en la cocina tradicional con tintes
de autor y claras influencias catalanas, pero también Monzón crea algunos
platos inéditos más que apetecibles.
Así
nos encontramos platos de inspiración peruana como los carbones de yuca con crema huancaína, potentes y originales, o un cebiche de corvina que Monzón borda en
su elaboración.
A
destacar entre los entrantes los tomatitos
en su tierra, con burratina y crema de albahaca, un plato fresco, vistoso y
saborazo, tenéis que probarlo; por no hablar de la coca de chicharrones con vieira, espárragos silvestres y aire de
naranja, una elaboración delicada que conjuga perfectamente texturas,
sabores y aromas.
Esa
noche fuera de carta, entre otros pescados como el bacalao confitado al pil pil, el pescado de roca en suquet o la corvina
salvaje con cebolla de Figueres, había espeto
de sardinas, sí como lo oís, espeto de sardinas en pleno barrio de
Chamberí, ¡qué rico!.
Y en la parte de la carta dedicada a las carnes de La
Gloria, este corte de ternera elaborado al josper con todo su aroma y jugosidad y el punto justo de
maduración es toda una tentación. Otras buenas opciones son la carrillera o el
cochinillo, y ya más estacional, la perdiz.
Hora
de los postres: no soy de dulce, siempre lo digo, así que en La Gloria fui feliz con la Espuma de gin tonic con macedonia de frutas,
un postre refrescante y ligero; por no hablar de este postre elaborado con chocolate en diversas intensidades y texturas,
¿muerte por chocolate o chocolate de morirse?, ¡delicioso!.
Atención
a la carta de vinos cuidada al detalle
por David Fuentes, jefe de sala de La Gloria; sin ser muy extensa, en ella
podéis encontrar referencias de la mayoría de las D.O. de España y una selección
especial de vinos foráneos; la relación calidad/precio de los vinos que todos
buscamos, es algo a destacar.
La puesta en escena de La Gloria es sencilla, sin decoración superflua, más bien suave y
minimalista, sin artificios y sin nada que esconder, mesas vestidas en tonos
claros resaltan la intensidad de los platos del chef. Grandes ventanales que aportan mucha
luminosidad al local que por momentos recuerda a algún restaurante inglés del
barrio londinense de Chelsea.
La Gloria es una opción gastro muy apetecible para
todos los que hemos seguido a Jaime Monzón
en su andadura profesional, con un interesante ticket medio sobre 35 euros,
desde aquí le deseo el mayor de los éxitos en su nuevo y personal proyecto profesional.
Pza.
del Conde Valle de Suchil, 7, Madrid
Tlf. 91 704 65 13
Fotos propias y de La Gloria
Si queréis que visite
vuestro local gastro, podéis contactarme en mgutierrezaller@gmail.com
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