Texto by Mónica
Gutiérrez-Aller
El Qüenco de Pepa
es desde hace años todo un referente gastronómico en Madrid, ya os conté mi última visita aquí ; por eso todos los que somos fieles seguidores de su exquisita cocina,
estábamos expectantes ante el nuevo look
del restaurante que Pepa nos anunció en verano, y cuya evolución seguimos
con detalle en las redes sociales.
El
pasado 28 de septiembre El Qüenco de
Pepa, después de mucho trabajo y esfuerzo, reabría sus puertas para
enseñarnos un Qüenco actual, de líneas puras, colores sosegados, iluminación
acogedora en un espacio diáfano, salpicado de elegantes detalles, en el que se
deja todo el protagonismo al producto, como esa ventana con vistas a la
estrella de la casa: el tomate.
Nueva imagen de la carta, me ha encantado el detalle tallado en madera por
personas discapacitadas que acompaña las páginas, carta en la que encontramos
platos que siempre han salido de los fogones de Pepa, como ese delicioso arroz cremoso con gurumelos y foie fresco a
la plancha, la fritura clásica,
de salmonetitos, boquerones, chocos y tortillita de camarones, y por supuesto
los tesoros de la huerta abulense de
Pepa: ese que yo llamo “solomillo” de tomate, con su aove y sus escamas de
sal, las sabrosas y tiernas alcachofas o pisto con verduras y huevo empanado.
Y
algunos nuevos como un original queso
cremoso del país relleno de chantarella con Oporto y almendras, o las pencas de acelga rellenas y una jugosa tortilla de trufa y bacalao que
hay que pedir sí o sí.
Pescados de costa fresquísimos, ese rodaballo al horno “pa morirse”, merluza de pincho en diferentes elaboraciones, o
rapito rico, entre otros.
En
el apartado de carnes, además de un excelente steak tartar, carne roja y
solomillo, he descubierto unas riquísimas
albóndigas caseras con trufa y foie; y por supuesto la casquería de El Qüenco de Pepa: sesos de cordero
rebozados, mollejas de cordero o riñoncitos de cordero.
Los adictos a los postres de Pepa están de enhorabuena porque continúan en la carta el muy demandado requesón
casero con nata y miel, y la famosa tarta de limón de El Qüenco.
Atención
a la impresionante bodega custodiada por
Beatriz Andrino, una sumiller a la que admiro tanto por su talla personal
como por la pasión a su profesión que sabe transmitir desde mucho antes de
descorchar la botella, auténticas joyas enológicas que Beatriz mima con esmero
y sabe elegir para armonizar con acierto los sabores de El Qüenco de Pepa.
Si antes me gustaba El Qüenco de Pepa, ahora ya me ha
conquistado for ever and ever, nueva imagen del restaurante, pero conservando toda la
esencia que Pepa y Mila imprimen en su local desde el inicio de su andadura.
C/
Henri Dunant, 21-23 (esquina con Padre Damián), Madrid
Tlf. 91 345 10 84
Fotos propias y de El Qüenco
de Pepa
Si queréis que visite
vuestro local gastro, podéis contactarme en mgutierrezaller@gmail.com
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