Texto by Mónica
Gutiérrez-Aller
Sinfonía Rossini
hace un año irrumpió en el panorama gastronómico madrileño para sorpresa de
muchos paladares exigentes: al mando, un chef italiano que supo trasladar la
más alta cocina italiana a nuestras latitudes. Pues bien, Sinfonía Rossini tiene ahora un nuevo director de orquesta curtido en
los mejores fogones, el joven chef Juan Manuel Neira, quien tras su formación
con Ramón Freixa, Quique Dacosta o Dani García, lleva ahora la batuta y voz
cantante de este restaurante gastronómico.
Ubicado
en pleno corazón del Barrio de las Letras, y con una estética serena, elegante
y sobria, Sinfonía Rossini nos ofrece
toda una melodía de platos de cuidada elaboración y esmerado servicio,
siguiendo la base italiana de su antecesor, pero dejando claro que “la cocina italiana no sólo es pasta y pizza,
sino mucho más”, como nos cuenta Neira.
Además
de la interesante carta, tenemos opción de disfrutar de un menú degustación a un competitivo precio (48.-euros), con opción de
maridaje (70.-euros), elaborado y presentado en cuatro Actos, previa obertura de varios snacks:
piedra líquida de mascarpone y tomate seco, rigatoni relleno de mortadela trufada
y milhoja de trufa y piñones; comenzamos
a afinar los instrumentos.
El primer y segundo Acto de Sinfonía Rossini son una
deliciosa exhibición de un meticuloso trabajo en cocina, como la crema de burrata con parrochas cítricas y
tomatitos, o los ravioli de calabaza y carrillera con su jugo, seguidos de los
mejores gnocchis caseros que he probado nunca, con setas de otoño y fondo
oscuro, ¡increíble sonido en la
orquesta!, para finalizar este allegro
con un ravioli de berenjena ahumada y salsa a
la Norma que es todo un espectáculo.
En el Acto tercero o tercer movimiento, Neira me acaba de conquistar con un plato de pluma
ibérica con crema de castaña, anguila ahumada y corteza de bacalao, una perfecta combinación de eso que
llamamos mar y montaña y que en Sinfonía Rossini roza la perfección.
El Acto dulce
comienza con un pre-postre ligero y refrescante de ricotta, zanahoria y eneldo
para terminar con todo un clásico de Sinfonía Rossini, el tiramisú en esfera: una esfera de crema de mascarpone envuelta
en una fina capa de manteca de cacao y una tierra con el savoiardi y el café,
una original interpretación y presentación de este postre tan típicamente
transalpino que no deja indiferente a nadie.
En sala, un equipo joven con gran experiencia y muchas
ganas, encabezado por Sergio Sánchez
(ex La Cabra), un gaditano que elige los vinos en perfecta armonía con cada
plato; y Christopher Chasi, siempre con una sonrisa y dispuesto a satisfacer
cualquier detalle en mesa. No quiero olvidarme de Silvia Aza y Tatiana Carriel,
quienes bajo la dirección del chef
Neira, ejecutan platos de técnica muy cuidada con fondo italiano y alma
española.
Con
todo esto, solo puedo terminar contando que Sinfonía Rossini ha satisfecho mis expectativas gastronómicas, muy
recomendable saborear esta magnífica composición musical, si me permitís el
juego de palabras.
C/
Duque de Medinaceli, 12, Madrid
Tlf. 91 369 31 78
Fotos propias y de Sinfonía
Rossini
Si queréis que visite
vuestro local gastro, podéis contactarme en mgutierrezaller@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario