Texto by Mónica
Gutiérrez-Aller Gª
Raro Rare
es el nuevo proyecto gastronómico de Carlos Moreno Fontaneda, quien junto a su
socio Javier Oyarzábal, y tras el éxito del Bar Galleta, y de El Perro y
la Galleta (del que os hablé aquí ) proyectan su onírica imaginación en este nuevo local
en pleno centro de Madrid creando una carta original, sabrosa y sorprendente en un ambiente de elegante desenfado en el
que ningún detalle se ha dejado al azar.
En este nuevo restaurante lo normal, y lo corriente es
ser “raro”, inhabitual, extraordinario,
insigne, sobresaliente, extravagante y singular: estos son algunos de los
adjetivos con los que el diccionario define “raro” y que encajan a la
perfección en la sensibilidad creativa que Carlos quería reflejar en su nuevo
local, tanto en la decoración del restaurante como en su cocina, de la que salen platos un tanto, -por qué
no decirlo-, “raros” en todas sus acepciones, y prueba de ello es el
peculiar nombre que refleja su carta:
Refrescantes
y ligeros “Meji meji” (mejillón
sweet chilli con cebolla sobre lima), sabroso el “Gambero” (tiradito de gambón con salsa de maracuyá), saludables “Vegapica” (falsos callos vegetarianos
con seta de oreja de madera y curry rojo picante), deliciosas “Lyozas” (gyozas de pollo con papada
ibérica, mayo de yuzu y kumquat confitado), “Tatadori” (tataki de dorada ahumada con manzana sobre tortita de
maíz crujiente, y estupendo “Tatamignon”
(tataki frío de solomillo sobre puré de boniato trufado y chimichurri).
La imaginación de Carlos Moreno Fontaneda no tiene
límites a la hora de crear recetas novedosas y cosmopolitas, con platos apenas
procesados, crudos y semicrudos,
y una parte de su carta se dedica a rizar el rizo ofreciendo creaciones “rares” o más raras, como las “Frogi” (ancas de rana con mayo de
cilantro y mojo amarillo) o el “Cresto”
(crestas de gallo rebozadas, polenta, quicos y palomitas), para terminar con originales postres todos caseros, atención al
helado de queso Idiázabal (también conocido como “queso Oyarzábal” en Raro
Rare), saborazo!
En mi opinión, parte del éxito de Raro Rare está en un
gran equipo de cocina, encabezado
por el chef Cosmin Nicula, que entiende perfectamente la combinación de ingredientes inesperados que Carlos y Javier
imaginan, idean, maquinan y prueban hasta dar con la mezcla exacta que acaba en
la mesa con una apariencia original y divertida, ¡enhorabuena por vuestro
trabajo!.
Dejo
para el final de este post hablaros sobre el estilo decorativo único, exótico y selvático de Raro Rare, obra del
propio Carlos al que ya he confesado toda mi admiración; un espacio en el que
se exhibe la colección de objetos raros de su tío Ángel: antiguas hormas de
zapatos convertidas en lámparas, frascos de farmacia, polvoreras, bastones,
corales, mariposas y langostas, conforman este extravagante laboratorio presidido por una pintura de la diosa Era
que tiene atributos humanos, animales y rasgos que recuerdan a la pintora Frida
Kahlo.
Por
cierto, no dejéis de fijaros en los pomos de las puertas del baño y en la
grifería de los lavabos, -entre otros muchas cosas-, reflejo fiel del cuidado
por cada detalle de los propietarios.
No
quiero terminar sin deciros que el 1% de
los beneficios del negocio se donará anualmente a organizaciones benéficas
propuestas por los clientes.
C/
Barceló, 5 Madrid
Tlf. 682 05 03 04
Fotos propias y de Raro Rare
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