¡Adiós al aburrimiento!
Cuando cientos de restaurantes invierten miles y miles de euros en su
decoración, espacios confortables y acogedores como Bistronómika (C/ Santa María, 39, Madrid) y Candeli (C/ Ponzano, 47, Madrid) se han decantado por el ingenio de
dos artistas gráficos, Felipe P. Velarde y Javier Borrón, que en ambos casos
han engalanado las fachadas de los restaurantes. Los dos jóvenes firman sus graffiti bajo el pseudónimo de Laberinto, y tras haberse licenciado en
Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, comparten taller en el
madrileño barrio de Conde Duque. Su página web, a punto de salir, es www.laberintoartistas.com, aunque
mientras tanto puede consultarse su blog laberintoartistas.blogspot.com
Ambos negocios contactaron
con ellos, pues grafiteros gamberros les habían estropeado sus respectivas
fachadas. «Nosotros llevamos realizando murales en negocios desde que
estudiábamos la carrera. Y en este caso, hacerlo con un restaurante fue todo un
reto». Bistronómika fue el primero
en subirse al carro y luce en su persiana un
virrey, «un pescado que se identifica mucho con la cocina de Carlos del Portillo y, además, sus colores encajaban muy
bien con los tonos de la fachada».
Candeli
amaneció un día con una pintada sin ningún interés artístico y fue así como Alberto y Francisco Rivera, los hermanos
sumilleres propietarios del restaurante, decidieron seguir los pasos de
Bistronómika decantándose también por un pescado, el japonés pez koi. «Este pescado viene de China aunque es
tradición reproducirlo en Japón, de hecho es uno de los tatuajes más
reproducidos en el país nipón. Tienen una leyenda muy curiosa: los peces que
consiguen nadar río arriba, llegando a la cascada y lograr subirla, se
convierten en dragones en recompensa a su esfuerzo. Esta leyenda gustó mucho
por su significado a Alberto y a Paco, y cuentan que los negocios que
reproducen el pez koi son negocios de gran fortuna».
Una de las cosas más
interesantes de poner un graffiti en
la fachada o en el cierre es que «se suelen respetar, sobre todo si son de
calidad. Como comentaba antes, llevamos tiempo realizando murales y hasta la
fecha, todos los que hemos pintado están intactos», concluye Velarde.
Bistronómika (C/Santa María, 39)
Este pequeño bistró
situado en el Barrio de las Letras de Madrid es conocido entre gastrónomos por
su fabulosa oferta en pescados, sin igual en otro espacio de la capital. Su
chef y propietario, Carlos del Portillo, estudió en la Escuela de Hostelería de
la Casa de Campo compartiendo aula y correrías estudiantiles con renombrados
chefs como Alberto Chicote o Paco Roncero.
Curtido en cocinas madrileñas míticas como el hotel Ritz, el Casino de
Madrid o Príncipe y Serrano, Del Portillo domina las distintas técnicas
culinarias logrando conectar con sus creaciones con todo tipo
de público. Con Bistronómika cumple un sueño: tener su propio espacio y
elaborar la cocina en la que cree.
Candeli (C/ Ponzano, 47)
Sus dos propietarios,
Alberto y Francisco Rivera, vienen de familia de hosteleros. Ambos son
sumilleres y están a cargo de la sala. En su restaurante apuestan por el mejor
producto elaborado con técnicas sencillas y tradicionales (disponen de parrilla
de brasa al estilo vasco) y con algunos platos elaborados en sala frente al
cliente (como los tartares o el desespinado de pescados), por tener una bodega
bien nutrida y con precios muy contenidos (precio tienda + descorche).
Si queréis que visite
vuestro local gastro, podéis contactarme en mgutierrezaller@gmail.com
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