El restaurante ÁLBORA
con una estrella Michelín y dos soles Repsol en su haber, ofrece dos maneras
de disfrutar la gastronomía: la Barra y
el Restaurante Gastronómico; hoy me centraré en este primer espacio que
elabora una cocina de mercado siempre
atente a la temporalidad del producto, con una materia prima de calidad y
proveedores de confianza.
En la planta de calle de ÁLBORA ocupa un lugar privilegiado una atractiva barra rodeada de
mesas altas y alguna mesa baja al fondo del local, en la que predominan elegantes tonos oscuros, maderas y ocres
junto con la iluminación perfecta para disfrutar de la carta de barra.
Una barra que, al contrario que en otros restaurantes que
salen mal parados cuando ofrecen este servicio, en ÁLBORA la barra suma a la oferta gastronómica de este estrella
Michelín.
Elaboraciones rápidas
a base de tapas, raciones, conservas La Catedral y exquisitos embutidos
Joselito, todos ellos garantía de calidad.
Platos de cuchara que varían cada día, pescados y carnes a la brasa. Es casi
obligatorio comenzar degustando las croquetas
caseras de jamón Joselito y un plato
de buen jamón Joselito o de una pieza menos conocida, la coppa, muy cercana al lomo, de sabor intenso, jugosa y gran aroma.
Raciones ideales para
compartir como la Menestra La Catedral de la huerta de Mendavia,
alcachofas fritas La Catedral con ralladura de foie macerado en vino dulce,
escalibada de verduras con crema de berenjenas y pan crujiente, tacos de
merluza a la romana con piquillos confitados o kokotxas de merluza del Cantábrico
y tartare de tomate. Para los carnívoros,
excelente la pluma con crema de patatas y piquillos, chuleta de vaca gallega
para dos personas o pollito asado en su jugo y patatas fritas.
Se suman a estas
opciones más tradicionales nuevos y sugerentes platos con ese twist de
actualidad tan seductores como el guiso de
albóndigas de ventresca, lagarto y abanico con sepia, el cangrejo de concha blanda
en adobo, salsa tártara y ensalada de brotes o el bocadillo de pan de algas,
calamares y mahonesa de jamón.
Postres caseros para
todos los paladares, refrescantes como las esferas de
fresa, tartare de frutos rojos y helado de jengibre, dulces como la torrija caramelizada con helado de canela, y adictivos como la locura de
chocolate, entre otros. Magnífica y envidiable bodega con más de 600
referencias, algunos de sus vinos se pueden disfrutar por copas.
Posibilidad de medias
raciones hacen aún más atractiva si cabe la oferta gastronómica de la barra de
ÁLBORA.
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