Como si del comienzo de uno de esos chistes clásicos se
tratara, un chino, un francés y un italiano son las 3 propuestas de cocina
internacional que hoy os sugiero, tan diferentes entre sí y tan suculentas todas ellas … déjate llevar y disfruta, ¡te va a encantar!.
1. LAMIAN by SOY KITCHEN
Conocer Lamian es
sumergirte en una auténtica taberna de cocina callejera asiática en una de
las zonas más castizas de Madrid. Aquí comenzó el genial Yong Ping Zhang (más
conocido como “Julio” del que os he hablado aquí ) junto a su socio Pinhao Wang, estirando a mano tallarines para elaborar su
famoso lamian o ramen, para enseguida dar rienda suelta a su desbordante
imaginación e iniciar todo un viaje grastronómico
por la auténtica street food de la
cocina asiática.
Por el wok del
cocinero pasan recetas de China, Taiwan, Tailandia, Corea o Japón, para
conseguir con esta original fusión platos picantes, frescos, divertidos y
nombres canallas como “Jackie Chan no
es Bruce Lee” (rabo de toro en su caldo con pimienta de Sichuán) o “Callos Gangnam Style”.
Pero antes del ramen hay que abrir boca con creaciones de inesperadas combinaciones de
ingredientes y especias que resultan sencillamente sorprendentes y sabrosas,
únicas por su sabor y textura, platos que resultan adictivos como el wonton en mano de dragón, la vieira al
vapor estilo royal cantonés, el chili
crab y aromas de Hong Kong y Sichuán o el har gow de gambas.
Y por supuesto el
ramen que da nombre al restaurante y que hay que probar sí o sí, cuya receta
milenaria se sigue en Lamian pero en su propia versión, con ingredientes españoles
y ese toque final que lo hacen irrepetible: un caldo casero muy especial que le
da todo su sabor.
La mezcla y la
sorpresa son la filosofía en un espacio ecléctico y acogedor surcado de guiños
asiáticos en el que disfrutar de una experiencia gastronómica muy especial
a un precio que también asombra (en torno a 25/30 euros).
2.
BRASSERIE
ANTOINETTE
Antoinette lo reúne todo para recrear a la perfección el concepto de las
auténticas brasseries francesas: decoración exquisita, ambiente
acogedor y recetas genuinamente galas para trasladarte al corazón de Francia en
el centro de Madrid.
Una original carta en tres actos te permite saborear los
colores de la primavera con platos firmados por el chef Jean-Jacques Payel, como el salteado de ancas de rana y cangrejos de
río asados, salsa de pastís Henri
Bardouin, aceite de perifollo y huevo escalfado a 63º o el salmón marinado
con remolacha y eneldo, coulis de
pimiento rojo y mousse de queso de
cabra son algunos de los entrantes o “Entrada Triunfal”, junto con varias
ensaladas de lo más apetecibles.
De la cocina abierta que se
ubica en mitad de la sala, salen los platos principales del Segundo Acto,
jarrete de cordero braseado con puré de habas, verduras confitadas a la
provenzal y salsa romero o lomo de merluza con salsa mouclade sobre cama de col rizada e hinojos baby, entre otros.
El momento dulce llega con el Tercer Acto y es obligado probar
auténticos postres franceses, como la tarta Tatin de Monsieur Paul Bocuse o el fondant
de chocolate Valrhona, sin olvidar
que en Antoinette elaboran los típicos
galettes, crêpes y gofres tal y como dicta la tradición francesa.
Una carta de champagnes y cocktails, además de una selección de
vinos franceses, completan la extensa oferta gastronómica de esta agradable brasserie que te traslada a Francia
incluso antes de cruzar su puerta al ver una terraza típicamente
parisina. En el interior se ha cuidado
mucho la decoración para conseguir ese aire francés tan especial, con
detalles como el acabado en latón de las mesas, los cojines estampados de suave
terciopelo y los cuadros y grabados con alusiones a artistas franceses. Merci beaucoup
Antoinette!
3.
FRATELLI
FIGURATO
Los
hermanos napolitanos Riccardo y Vittorio Figurato han llegado a Madrid con su
horno Izzo para fliparnos con sus deliciosas pizzas, ligeras e innovadoras.
Tras su formación en marketing y habiendo trabajado en varios países, los hermanos han apostado por su pasión
pizzera para ofrecer una pizza artesana de calidad, prestando especial atención
a la harina, el alma de sus pizzas.
Ofrecen
tres variedades diferentes de masas, la integral, la cinco cereales y la
tradicional, dejándola fermentar más de 36 horas para darle esa ligereza y
sabor que consiguen una pizza diferente, por lo que entra en el horno sólo
cuando ha fermentado por completo, para evitar que lo siga haciendo en la
barriga. Se hornea únicamente la base de
la pizza con los ingredientes base (tomate, mozarella, crema de calabaza,
etc) para, nada más salir del horno,
añadir los ingredientes de cada receta (la mayoría de ellos italianos) y
potenciar el sabor final.
Fratelli
Figurato cuenta con un horno eléctrico Izzo con piedra refractaria que permite
que la pizza no se queme, por lo que resulta más sana, y su sabor se
potencia, ya que los ingredientes no se ocultan tras las cenizas.
La aspiración de los hermanos Figurato con su propuesta es llegar con su
producto al mayor público. Entienden las pizzas como un alimento que siempre ha
sido de gran consumo, pero sobre el que casi nunca se ha valorado por la
calidad. Es por ello que en su pizzería,
-un local fácil, distendido y buenrollista-
los hermanos han conseguido unir las dos vertientes ofreciendo calidad a precios muy
asequibles (el precio de sus pizzas oscila entre los 6 y
10 euros).
Aunque tradicionalmente la
pizza no se toma con vino, los hermanos
Figurato animan a los comensales de su local en Alonso Cano a maridar sus
diferentes pizzas con una cuidada selección de vinos italianos. De la elección de las etiquetas se ocupa otro miembro
de la familia, el tío Constantino, todo un enamorado
de los vinos y somelier experimentado
que recorre la península itálica para encontrar los mejores caldos de cada
región.
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