San Francisco es ese restaurante
al que siempre vuelves, un “fondo de armario” (si me permitís el símil con la moda) que nunca
falla si buscas comer bien y alejarte un poquito del asfalto, así que, predicando
con el ejemplo y aprovechando las tan esperadas buenas temperaturas, he vuelto
al Monte de El Pardo para relajarme y comer
bien en la terraza de San Francisco.
Mi recomendación en este
restaurante: siempre dejarse aconsejar por los profesionales que atienden la
sala, bien sean
los propios propietarios ( los encantadores “Robertos” Serrano, padre e hijo) o
bien el resto de personal que están al tanto de lo que “se cuece” ese día en
cocina, bien sea el pescado que acaba de llegar de la lonja de Vigo,
el cordero de Peñafiel, las carnes rojas de El Bierzo y de Lugo,
las hortalizas y verduras de la Ribera Navarra, hígados de pato
frescos de granjas ecológicas de Lérida,
legumbres de Tierra de Campos o
jamón ibérico de bellota con D.O.
Guijuelo-Salamanca, Extremadura y Jabugo.
Una cocina la de San Francisco
basada en la tradición, el producto de calidad de los mejores proveedores y la
honestidad en la preparación de sus platos. Todo ello hace que en este restaurante se venga a
disfrutar, a ser feliz y dejarse llevar en las ya míticas sobremesas de San Francisco, quizá por esa atmósfera de desconexión que sólo encuentras en el
entorno tan especial que rodea este restaurante, más de 5.500 m2 de jardín y
terraza.
Además
del restaurante, en esta casa son especialistas en organizar
reuniones de empresa o celebraciones familiares
de esas que llamamos “BBC”, bodas, bautizos y comuniones, ya que dispone de varios salones y carpas
con espectaculares cristaleras al jardín recién reformados, así como zonas
ajardinadas para cocktails y
recepciones, con servicio de animación infantil y parking privado.
A ello hay que añadir la gestión del Palacio de
Galápagos en la provincia de Guadalajara, un antiguo
palacete renacentista para celebraciones familiares y eventos de empresa; y una
nueva línea de negocio, el Catering San Francisco, para servir a sus clientes la misma materia prima y cocina
donde ellos deseen.
En San Francisco el placer
gastronómico y la desconexión total están garantizados.
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