Con lo
importante e imprescindible que es el agua en nuestro día a día y a veces pasa
casi desapercibida, damos por hecho unas calidades que, desgraciadamente, no
siempre se cumplen cuando consumimos agua envasada. Y a esta conclusión
he llegado gracias a ANEABE (Asociación Nacional de Empresas de Aguas de
Bebida Envasadas), en la presentación a los medios de su didáctica campaña “CLAROS CON EL AGUA” que tuvo lugar hace unos días en uno de mis restaurantes favoritos
en Madrid, el Restaurante- Vinoteca García de la Navarra.
A la par que disfrutaba de unos
increíbles guisantes lágrimas de Urnieta y una penca de acelga rellena de jamón
con trufa de verano, supe que la campaña “CLAROS CON EL AGUA” nace para
fomentar las buenas prácticas y la transparencia con el agua que se sirve en el
sector hostelero. El objetivo es concienciar a los hosteleros, en especial a los que venden
agua del grifo filtrada con apariencia de agua mineral, de la necesidad de ser
rigurosos con la información ofrecida; vamos, que no nos den “gato por liebre”.
Y ello porque no es lo mismo el
Agua Mineral Natural, el Agua del Grifo, y el Agua del Grifo Filtrada. La
primera es pura desde su origen, la naturaleza, por eso no necesita ni recibe
ningún tratamiento químico para su consumo. Tiene un origen subterráneo que la protege de
forma natural de cualquier riesgo de contaminación y se envasa a pie de
manantial en condiciones de extrema asepsia para proteger su pureza original.
Con el suculento rodaballo a la
gallega y la carrillera de ternera estofada que nos ofrecieron Pedro y Luis
García de la Navarra conocí que el Agua del Grifo proviene de aguas
superficiales de orígenes diversos (embalses, ríos…), por lo que necesita ser
tratada químicamente para desinfectarla y protegerla y que pueda ser apta para el
consumo humano. Además hace un largo recorrido por tuberías de la red pública
hasta llegar al consumidor.
Y el Agua Filtrada, que es agua
del grifo con la misma procedencia que la anterior, se somete a un proceso de filtrado “doméstico” en el propio establecimiento de
hostelería que altera su composición inicial y elimina el cloro, por lo que el
agua queda desprotegida y es muy sensible a eventuales contaminaciones.
Conclusión y canutillos de
crema pastelera: los consumidores debemos ser informados por los hosteleros del
tipo de agua disponible en los restaurantes y por ello desde aquí aplaudo esta
iniciativa “CLAROS CON EL AGUA” para que todos estemos sensibilizados e informados sobre el agua que
consumimos y el precio que pagamos por ella. Hosteleros y consumidores
salimos beneficiados, los primeros porque fidelizan al cliente siendo
claros y honestos, y los segundos porque sabemos lo que estamos bebiendo.
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